En cuestión de dos días “el tallo empieza a podrirse y la planta se cae”. Así de agresiva es una plaga que reapareció después de 20 años en Palca (Sacaba) y amenaza con expandirse a por lo menos cuatro comunidades productoras más.
La Asociación de Productores de Papa de Cochabamba acudió a la Cámara Agropecuaria Departamental para alertar que hay una enfermedad que está ingresando desde el Trópico y tiene un denominativo quechua que, traducido al español, significa “sequía en las hojas, sequía en las raíces”.
El presidente de la Asociación, Wilder Vélez, explicó ayer que la plaga “ataca” por las hojas o bien por las raíces de las plantas de papa. En ambos casos, el resultado es el mismo: la putrefacción de los cultivos en hasta dos días.
Esa es la suerte que, de momento, corrieron 50 hectáreas de plantaciones ubicadas en el monte de Palca, un distrito rural que está 30 kilómetros al norte de Sacaba. Esa cifra, en términos económicos, equivale a 3.000.000 de bolivianos, según el presidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Jhasmani Medrano.
Según Vélez, la plaga está avanzando rápidamente hacia otros terrenos de cultivo cercanos y no descartó que al menos otras tres comunidades colindantes sufran las mismas consecuencias: Colomi, Cocapata y Tiquipaya.
Historia
La última vez que los productores fueron azotados por un fenómeno de este tipo ocurrió hace dos décadas. Entonces, según recordó Vélez, usaron detergente para lidiar la plaga, pero, ahora, no saben qué medida asumir.
Instaron al personal del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), de la fundación Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa) y de los ministerios correspondientes que acudan a las zonas afectadas para verificar las condiciones en las que están quedando sus plantaciones de papa.
Los productores aseguraron que si no se asumen medidas de inmediato, es posible que no cosechen el producto suficiente para abastecer al mercado local ni a dos mercados interdepartamentales, La Paz y Santa Cruz.
Vélez lamentó que, desde hace dos años consecutivos, el sector esté sumido en una crisis que deriva de problemáticas que escapan de sus manos, como una helada en 2016, luego una sequía en 2017 y, ahora, la plaga. Para lo último, confesó que no estaban preparados, pues “apareció de la noche a la mañana”.
Aseguró que, casi todos los productores, se prestan dinero de entidades bancarias para sembrar papa, pero, de un tiempo a esta parte, no pueden cubrir las cuotas mensuales.